TRAVESIA DE PORTUGAL Y RECORD DE ENLACE. 1082 Km de un
tirón.
Valentín, Tachu y Aina. Agosto de 2012
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Crónica de Valentín en el Bloc de Avespal
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Tema en el foro de Vespinos ]
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Fotos en Picasa ]
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Crónica de
Aina Garí (pdf)
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Con una paliza tremenda de Kms y sueño, Tachu y Valentín se
acercan a Portugal. Camino del récord.
Tras 28 horas, llegan al camping de Lagos. La moto de Tachu
marca el récord. La de Valentín, un poco menos.
Cabo San Vicente. Uno de los extremos del continente europeo. Martes
7 de agosto del 2012.
Aina se une a los expedicionarios para recorrer Portugal. Listos
para empezar.
La comida del equipo el primer día. Cerca de Santiago do Cacem.
En Santarém, esperando que pase el tren. El GPS nos la está
jugando de nuevo.
La segunda noche pudieron dormir las vespinos en el
hotel/restaurante de Alpiarça.
A comer el segundo día. Pasado Coimbra.
Cerca de Fátima. Cierto es que encontramos muchos peregrinos.
En Oporto. Una de las pocas ciudades en ruta. Una ciudad
preciosa que merecía una visita "Oportuna".
El último día en Portugal, en el hotel Confort Inn de Braga.
Valentín montando las maletas.
Nos acercamos a Valença. Frontera con España. Anduvimos un
puñado de Kms. detrás de este camión de troncos.
Entrada en Tui. Ya estamos en tierras gallegas. Mediodía del día
9 . Hora portuguesa (mas o menos)
Ya en Galicia, nos separamos. A Valentín y a Tachu les
quedaban por delante dos de los días más calurosos del año
hasta Castellón.
Es una de esas ideas que nacen en la aventurera mente de
Valentín. En el fondo son de las que generan vivencias y
experiencias que perduran en el recuerdo y que nos enriquecen
en todos los sentidos.
En este caso, las previsiones se dirigían esta vez hacia
Portugal, ese país tan cercano y tan desconocido a la vez que a
muchos nos evoca, sobretodo, personajes futbolísticos. Se
trataba de cruzarlo de Sur a Norte en 3 días, pero, como ya
nos tiene acostumbrados Valentín, había que buscar la
motivación de un nuevo reto. En este caso era uno de los más
ambiciosos: Hacer el récord de kms. de un tirón entre
Castellón y el extremo de la península: más de 1000 km. De
entrada, los protagonistas eran los mismos que los del viaje a París
del 2011: El mismo Valentín, Ximo y Tachu. Personalmente,
creía que con 3 máquinas sería una suerte que alguna de
ellas no tuviera algún retraso. Era jugar fuerte. Esta vez,
Juan de Bici Sport se encargó impecablemente de revisar y
poner a punto los motores y todo lo demás. Una vez
concretadas las fechas del viaje, Ximo decide que se unirá a
mitad del viaje en Córdoba.
Por nuestra parte, mi hija Aina, que ya acompañó a Valentín
en algunos tramos de su primer viaje a París y del periplo al
Cabo Norte, decide que quiere acompañarles en la travesía
lusa. Para ello iniciamos el viaje unos días antes a la
búsqueda de repuestos con la vespino cargada en la furgoneta
y quedamos en encontrarnos en Sagres el día 6 de agosto.
Finalmente, esta vez Ximo no pudo unirse al grupo y
quedaron que el año próximo no se escaparía.
El día antes (domingo), Valentín y Tachu salieron de La Vall de
Almonacid (Castellón) por la tarde y empezaron a devorar kms.
uno tras otro.
Puntualmente, al anochecer del día siguiente, lunes,
llegaron al Camping de Lagos, cerca de Sagres, estableciendo
un nuevo listón para futuras aventuras.
Tachu paró el computador de bici en 1082,9 kms. y Valentín
con unos 37 menos, justo los que había hecho Tachu hasta el
encuentro.
Cenamos y a dormir.
Al día siguiente, Aina se une a los viajeros y nos dirigimos
a la punta del Cabo de São Vicente para iniciar la salida del
viaje por un camino de tierra con reses en los campos
limítrofes.
Primero por la costa entre bosques de eucaliptos, y después
hacia el interior para evitar las proximidades de Lisboa.
Las infames carreteras lusas pusieron a prueba tanto las
suspensiones y neumáticos, como la integridad de los
pilotos, ya que tuvieron que circular por nacionales sin
casi arcén o con éste en obras, y con camiones circulando y
adelantándoles a gran velocidad. La alternativa (no para
nuestras vespinos) son las autopistas, de peaje y mas caras
que las nuestras. Con un complicado sistema de "pago a la salida"
con unas sofisticadas estructuras con muchas cámaras pero
pocas cabinas de pago. Sólo entrar ya te ofrecen la opción
de pago anticipado.
Una vez fuera de la elitista zona del Algarve, ya podemos
encontrar comidas y camas a precio razonable. No en vano, a
la misma altura de Extremadura, se puede comer suculenta y
abundante carne de cerdo a un precio excelente.
El otro problema que compartimos tanto el navegador de
Valentín como el de la furgoneta fue que nos proponían constantemente
rutas enrevesadas que nos hacían perder mucho tiempo.
Aquella noche, con complicación de encontrar hotel o
cámping, la pasamos en Alpiarça, donde las vespinos
pudieron utilizar la misma cocina del hostal como parking. Como anécdota,
preguntando en una farmacia de Santarem, resultó ser que los
propietarios tenían vespas y vespinos. Es lo que tiene
llevar una camiseta de vespino.es.
El segundo día fue todo carretera. Pasamos cerca de Coimbra
y paramos a comer al final de una cuesta en una autovía.
Continuamos en dirección a Oporto por la IP1, con el objeto
de echar un
vistazo a la preciosa ciudad. Paramos a hacer unas compras y
comer un poco en una pastelería cercana al "Corte Inglés".
Finalmente, una rápida autovía nos llevó a Braga, donde
teníamos reserva en el Hotel Confort Inn. Una vez en casa,
ya finalizado el viaje, nos enteramos que se acababa de
constituir un
club de Vespinos en la misma ciudad. ¡Si lo hubiéramos
sabido..! Habría sido una buena oportunidad para estrechar
lazos con vespineros portugueses.
Los pocos kilómetros que nos separaban de Valença fueron un
puro trámite. Atravesamos la frontera por el estrecho puente
antiguo por cuyo nivel superior pasa el tren. Fue lo más
parecido a un túnel que vimos en el viaje.
Finalmente, después de unos embrollos "sin importancia" por autovías y autopistas gallegas, decidimos separarnos y
cargar la moto de Aina en la furgoneta. A Valentín y Tachu
les quedaban 2 días para atravesar el país de nuevo. Pero no fueron 2
días cualquiera, fueron los más ardientes de todo el verano,
un infierno después de la agradable temperatura que nos
había acompañado en la travesía por Portugal.
Podemos calificar la aventura de éxito total. Como averías,
sólo pueden destacarse un par de lámparas fundidas.
Recomendamos leer la
crónica del blog de Valentín, mucho más amplia, completa
y en 1ª persona, redactada en la pura literatura a la que
nos tiene acostumbrados.
Kiqu Garí. 2012
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