ENTREVISTA
A ERNESTO PALMIERI (2ª parte)
Por
Valentín Salvador
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¿Y sobre la fábrica
que piensa?, ¿qué opinión le merece el
hecho de que se decidiese cerrar la fábrica de Madrid?
Porque claro, precisamente el Vespino que fue la precursora
de otros modelos y otras marcas, que además había
dado siempre tan buenos resultados, la verdad, es un poco
difícil de entender.
Éste es todo español, además
lo hicieron tan bien que apenas tenían necesidad de
repuestos.
¡¡Vaya, entonces usted opina que no era
rentable para la marca tener un producto que apenas se rompía
y por lo tanto necesitaban fabricar pocos repuestos!!. En
cualquier caso los responsables de Piaggio decidieron cerrarla
en aquel momento, sus razones tendrían.
Yo he trabajado en la Fiat en Italia, yo sé como trabajan,
cuando ven mucho dinero desaparecen. Desaparece todo.
No sé, es algo increíble.
Cree que el problema está en el éxito
del producto, que cuando tiene mucho éxito no puede
durar. Es una lástima, es una lástima muy grande.
Yo con esto le digo la verdad (señalando nuevamente
a la Vale), lo sacamos aquí afuera, le ponemos gasolina
y a funcionar.
Seguro que funciona. ¿Cuánto tiempo
lleva parado?
Desde entonces. Desde el año 82 u 83. Fui a Santiago
de Compostela y desde entonces no lo he gastado, está
ahí.
¿Qué piensa hacer con el Vespino?
Lo quiero regalar. Lo quiero regalar a algún museo,
a alguien que le haga el honor que se merece. Que le hagan
un cartel nuevo, bonito. Con todos los recortes de periódico
y demás cosas.
¿Sabe que se alegraron mucho en el foro de
Vespinos al conocer la existencia de su aventura?. Se trata
de un foro solo para Vespinos, está en Internet. Allí
se recogen todo tipo de historias y más cosas, siempre
relacionadas con los Vespinos, de manera que ya están
deseando conocer todos los detalles de su viaje.
Sobre mi viaje me entrevistaron varias veces en la televisión
valenciana. También tengo, como te he dicho, muchos
recortes de periódico. Fíjate que entonces era
bastante más joven, han pasado 25 años. Recuerdo
que cuando llegué allá arriba, al Cabo Norte,
la satisfacción que sentí fue tremenda, ves
el acantilado que hay, ves las focas allá abajo. El
agua es de color marrón, no es azul como aquí.
Es una cosa impresionante. Tengo fotografías con el
lapón.
Luego hice otro viaje a Moscú, pero allí hay
otra gente, gente más dura, eran otros tiempos también
para ellos, una época difícil.
Mire, cuando regresé de mi viaje a París
sentía que la aventura hubiera llegado a su fin, a
pesar de que me esperaba mi gente, incluso me habían
preparado un recibimiento los del motoclub de Segorbe. Estaban
los amigos, los representantes del ayuntamiento, la familia…,
estuvo todo muy bien. Entonces alguien me preguntó:
¿bueno, y ahora qué?. Contesté…
pues que me quedo con ganas de hacer más. ¿A
usted no le quedó también esa sensación
cuando volvía de sus viajes, esa pena, esa lástima
de que eso hubiera acabado, esas ganas de querer hacer más,
ganas de continuar el viaje hacia cualquier destino?
Si, porque se encuentran muchos amigos. Ahora es más
difícil. Hay algunos que han hecho viajes en Vespa
y luego han escrito libros. Yo quería hacer la vuelta
al mundo en Vespa, y también en un Vespino, dar la
vuelta al mundo en un Vespino, pero es muy difícil...
Ahora eso es muy difícil, más que difícil
peligroso. Hay países por los que no se podría
pasar.
Incluso en algunos te podrías encontrar con tiroteos.
Entonces yo dije que quería hacer otro viaje mucho
más largo y Vespino me dijo que no.
¿Usted se planteó qué hubiera
hecho si el Vespino se le rompe, por ejemplo, en Oslo, o incluso
arriba, en el Cabo Norte. Tenía previsto qué
es lo que haría si se le rompía…, por
ejemplo, embarcarlo y para casa?
No, nada, no se podía embarcar. No había transporte
de vehículos entonces. Eso me ocurrió con la
Vespa, se me rompió y yo la quería traer aquí,
era una Vespa antigua. Me dijeron que no, de ninguna manera.
Por lo tanto la Vespa la regalé al motoclub de Copenhague.
Después me fui a la estación de Copenhague,
menos mal que allí había un chico que hablaba
inglés y me consiguió el billete y todo lo demás,
de lo contrario allí me quedaba. Nadie te ayuda, nadie.
El problema fue que la Vespa me gripó en carretera,
en Alemania. Allí pagué 40.000 pesetas y me
cambiaron el pistón y el bulón, pero al llegar
a Copenhague se rompió otra vez. Me tocó dejar
la Vespa en el camping, llamé a la policía que
se hizo cargo de ella. Les dije que la dejaba, que no valía
la pena llevarla a casa. Como te digo, el chico que me ayudó,
que era español, iba con otros en un Autobianchi. Me
dijeron que ellos iban a solucionar el tema de mandar la moto
a casa. Después de hablar con cuatro o cinco transportistas,
nada.
Hoy creo que sí sería posible traerla, ahora
hay mejores comunicaciones, más transporte, la situación
ha cambiado bastante.
Decidí dejarla allí, al motoclub de Copenhague.
Es probable que todavía la tengan ellos ¿verdad?.
Sin embargo con la Vespino y la Lambretta ningún problema.
A la Lambretta le limpié la carbonilla en Florencia
al volver hacia casa. Estuve en Roma y fui a visitar al Papa
(Juan Pablo II) junto a otras personas. Tuvimos una audiencia
con él. Allí tuve problemas para aparcar la
moto. Dentro, en Roma, es difícil aparcar, pero una
moto sí, allí hay boxs para moto. Aparqué
cerca del Vaticano, no me dijeron nada, pero con la metralleta
me dijeron: “…sácala de aquí, sácala
afuera que el otro día explotó una moto”.
No hubo más problema, la saqué de allí.
Allí en Roma no tendría problema con
el idioma, siendo usted italiano se encontraba en casa. Por
cierto ¿usted de dónde es?.
De Bolonia.
La tierra de Ducati.
Si, corrí en Ducati.
¿Usted también corrió con Ducati?
Si, el circuito de Ímola lo estrenamos 25 Ducati 98
¿Parecida a esta que tiene aquí?
Parecida a ésta.
Como ha evolucionado Ducati… ¿las está
viendo competir hoy en día?
Si, claro.
Hoy a la una hacen entrenamientos de Moto GP.
Yo las carreras las veo, me gustan.
¿y aquello de allí qué es, una Honda?
la del poster…
Ah, si, es una Honda, pero ese no soy yo.
(El perro de Ernesto juguetea entre sus
piernas y él le dice con cariño: “no me
vayas a tirar que estoy muy débil…”)
¿Que le ocurre, tiene problemas
de salud?
Si, soy diabético, he estado estos días internado
en un hospital y estoy débil.
Pues tiene que ponerse fuerte, quedan muchas cosas
por hacer… ¿y aquí que tiene tapado con
la manta, qué es esto, una Ossa?
No, esto es una Benelli Leoncino de 125, monocilíndrica,
de Italia.
Yo tengo una como esta otra, es una Guzzi 65 ¿verdad?
Si. Y esta otra es una Moto Morini. Pero mira, lo estoy vendiendo
todo, porque yo lo que quería era, junto a esta casa,
allí al fondo, comprar un terreno y hacer cuatro naves,
cada una con un tipo de moto diferente. Pero aquí nada,
ni hablar, no me dejan hacerlo, no dejan hacer nada, ni privado
ni nada.
Una lástima. ¿Usted tiene hijos?
Dos. Mi hija trabaja en la policía de Castellón
y mi hijo trabaja en un hospital, a ellos no les interesan
las motos. De manera que por mi enfermedad yo tengo que estar
en Castellón, que tengo un piso, al lado del hospital,
allí tengo todas las medicinas.
Ahora no, pero en mi vida he sido muy activo…, sobre
mi vida hay un señor que me quiere hacer un libro como
un viaje insólito, pero quiere un millón de
pesetas. […] Desde hace 10 años tengo el recambio
de Lambretta, entonces estoy siempre entretenido con este
asunto. Soy el representante de Lambretta para España.
[…]
Hoy mismo van a venir unos señores de Valencia para
llevarse dos motos.
Lo que me resulta curioso es que este tipo de Lambrettas
que tiene aquí yo no las conozco, nunca las había
visto.
No, ésta es italiana, es una Laverda y la fabricaba
Montesa, tiene 50 cc. de cilindrada. Aquí tengo un
motor de Lambretta terminado, lo he hecho yo todo, es una
125 LT totalmente reconstruida. Es para este chasis.
Yo fui con una Lambretta 125 como esta a Gerona y
volví, salvo que me gripó tres veces no tuve
más problemas en el viaje, y eso que me acompañaba
una chica en el viaje, íbamos los dos en la moto.
(Vemos muchas fotos colgadas en las paredes
del taller, me las va explicando y las fotografío.
Veo en una de ellas al Presidente de la República Italiana.)
Con esta moto he competido en Italia, en
España, aquí he competido mucho, hacía
motocross, todo terreno, es una Gilerita de 175 que construyó
Vespa. Es una cuatro tiempos con seis marchas. Con ésta
gané aquí algunas carreras. La compré
en Italia, pero la fabricaba MotoVespa. MotoVespa fabricaba
muchas cosas, hay un museo de esto, es precioso. Está
el Pentacar…, Pentacar es como un motocarro pero sin
remolque. Ese muséo está en Pisa. […].
¿Esto es un motor de Bultaco Pursang?
Sí, a ver si me recupero un poco y puedo trabajar,
hacer algo.
(Hay una foto de Enrique Escuder, hermano
de Santiago Escuder… me explica cosas de aquellos años
y aquellas carreras…seguimos)
Esto es una Scooter Gilera 50. Esta otra
es una Runni, el mejor Scooter del mundo. Aquí no se
vendió nunca porque es muy caro. Es 125, la compré
en Argentina. Se vendieron muy pocas a la policía y
a particulares, ahora en los mercados se encuentra mucho repuesto
de esta moto. Con ella corrí una carrera y la gané.
¿Y por qué dice que es la mejor del
mundo?
Porque anda mucho. Ganó una vez en el BolDor de Francia,
lleva dos carburadores. La fabricaban en Bérgamo. Era
una fábrica de torpedos y el dueño era pintor.
El ejército le encargó un motor para torpedos
y construyó éste, rapidísimo. Es el mejor
Scooter del mundo. Solo el transporte desde Argentina me costó
1.000 €., además la moto estaba totalmente desmontada.
Es una dos tiempos. Y los repuestos ya te digo, los puedes
encontrar en Italia. Su eje delantero es fijo.
¿Aquella Lambretta del fondo es la del viaje?,
veo que pone 20.000 kilómetros en los laterales.
Si, ahora vendo todas las motos menos esas dos, la Lambretta
y otra. Aquí hay más, la Zundapp Vela, la MV
Agusta, la Cesetta Checa, la Bella, la Guzzi del Papa está
reconstruida, la 50 cc., la 150 cc., la Vespa Capri 75 cc.
La Lambretta tampoco ha hecho muchos kilómetros después
del viaje.
Lleva unos 25.000 kms. […]
(salimos del taller y subimos a la casa.
Me comenta que los terrenos de alrededor de la casa no se
los quisieron vender para hacer las naves. Ahora esos terrenos
los ha comprado gente relacionada con la política provincial
para hacer promociones de viviendas…)
¿Esto son todos los trofeos
que ha ganado?
Este es de cuando tenía la Ducati de carreras, he tenido
dos Ducati.
¿Esta es la Ducati 24 horas, verdad?
No, parecida, esta es Italiana, un monocilíndrico de
cuatro tiempos. Aquí está la primera carrera
que hice.
Aquí tienes las fotografías del viaje, estas
son las de la Lambretta. Luego tengo las del Vespino. Ves…
esta es dentro de la roca del Cabo Norte. Aquí está
el lapón que me prestaba a su mujer…
¿Qué ropa llevaba?
Esta que ves en la foto, también llevaba impermeable
para la lluvia.
Esa foto es en Suiza, a la vuelta. Aquí está
la foto de la fábrica de Madrid, cuando fui a visitarla.
Viendo estas fotografías, por su aspecto y
salvando las distancias, me veo a mi mismo en las fotos que
hice este verano en el viaje a París. ¿Qué
edad tenía cuando hizo el viaje?
Unos 45, era el año 82. Parece que me confundieron
con un militar y no me cobraban en los restaurantes del camping.
Era un camping militar y por eso no me cobraban. Cuando se
dieron cuenta que era un simple turista me dijeron que me
marchara y no volviera nunca más. Yo no lo hice a propósito,
el más sorprendido era yo mismo de que no me cobraran.
En el Cabo te dan un certificado que cuesta bastante dinero,
no sé ahora, pero entonces pagué, donde está
el acantilado.
Ahora parece que no se puede llegar hasta allí
mismo con la moto, no dejan entrar, está muy preparado
para el turismo.
Entonces usted hizo tres viajes a Cabo Norte, el primero en
Vespino, el segundo en Lambretta y el tercero en Vespa que
no pudo llegar. De todos ¿cuál le resultó
más agradable?
El Vespino
El Vespino, pero ¿por algún motivo especial,
por la dificultad que tenía?
Porque un aparatito así, de 50 cc. aguantar todo esto…
¿En algún momento tuvo la sensación
de que se le iba a estropear, de que no iba a llegar…?
No, nada…
¿Usted nunca había utilizado un Vespino?
Si…, yo he tenido un GL, he tenido varios, pero como
este ninguno. Se ponía en marcha a la primera por la
mañana y estaba todo el día funcionando. Yo
aceleraba a tope y luego le quitaba un poco de gas. Aprovechaba
las bajadas. Pero nunca tuve que pedalear, nunca.
¿calculó el peso que llevaba encima
de la moto?
Si, llevaba tres veces el peso de la moto, incluido el mío.
Total, mi peso y 100 kilogramos más.
Eso es mucho, me dice que la moto pesa unos 60 kilogramos,
usted entonces pesaba alrededor de 80 y además llevaba
otros 100. Eso es una barbaridad. Igual era 180 kilogramos
incluido el peso de la moto… la gasolina extra, herramientas,
repuestos, ropa, tienda de campaña, algo de comida
y bebida. Eso puede pesar bastante.
Otra cosa, no sé que opinará usted, yo para
mi próximo viaje había pensado fabricarme un
remolque para que la moto no tenga que soportar tanto peso.
Los he visto en Alemania, parecen cómodos y fáciles
de llevar, no creo que molesten en la conducción a
esas velocidades.
No, tendrás problemas. Habrá sitios por los
que no te permitirán pasar con la moto y el remolque.
De todas maneras el peso encima de la moto no es ningún
inconveniente, va bien.
¿Por el camino pinchó alguna rueda?
Si, pinché tres o cuatro veces. Llevaba repuesto y
herramientas y no hubo problema.
¿Cómo eran los mapas que utilizaba,
tuvo algún problema para orientarse?. Estamos hablando
del año 82, entonces ya había buenas carreteras
y autopistas.
Los mapas eran normales y las carreteras eran regulares. En
los últimos kilómetros las carreteras eran de
tierra y había mucha nieve, pero no pasé frío,
más bien calor.
¿En qué mes hizo el viaje?
En Agosto. Desde Castellón hasta Noruega estuvo lloviendo,
aunque era una lluvia suave, el problema es que todo estaba
mojado. El barbour nunca llegaba a secarse, pero bien.
¿Viajó en algún momento durante
la noche?
No, por la noche no, siempre de día, además
allá en el norte en esa época no anochece. En
el resto del viaje siempre viajé de día. […]
(Mientras nos acercamos a mi GL para
hacernos unas fotos con ella me hace un comentario)
La moto siempre fue muy bien, yo no tuve
ningún percance ni se paró, nada, nada, siempre
perfecta.
Para despedirme le vuelvo a decir que todo lo que me ha dicho
lo transmitiré a nuestras web de Vespinos para que
toda la “España vespinera” y resto de moteros
y simpatizantes conozcan con un poco más de detalle
su aventura. Le prometí una nueva visita, y quien sabe,
podríamos poner en marcha la Vale y ver las sensaciones
que nos transmite la protagonista muda de la aventura del
Cabo Norte.
Nos acercamos a mi “Bella durmiente”, Ernesto
Palmieri se sienta en ella y me dice que ese asiento no es
bueno para viajar… Estoy conforme con lo que dice, ¡ojalá
hubiera venido a verle antes de mi viaje, mi trasero lo habría
agradecido!.
Valentín Salvador (primero de Septiembre
de 2007)
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